- Su mujer es su guía
- No se puede entender el éxito del entrenador del Real Madrid sin la figura de Matilde, 'Tami' para sus íntimos, que ejerce una influencia positiva y le da un equilibrio y una fuerza que le hacen superarse cada día
- Una desconocida que es parte activa en la brillante carrera de su marido
Matilde Mourinho, Tami para sus íntimos,
ha jugado un papel importante en el título de Liga del Real Madrid. En
realidad, la mujer del técnico madridista lleva muchos años siendo parte activa
del éxito de su marido.
Ahora, en España, está
haciendo lo mismo que en su etapa en el Oporto, Chelsea e Inter de Milán. Darle
ese cariño y equilibrio emocional que tanto necesita una persona que se
autoexige y vive bajo una presión desquiciante es clave para The Special One.
Han sido nueve meses de enorme
tensión para el técnico, que no se pueden sobrellevar si no hay un apoyo firme
detrás. Si hay alguien que le da grandes dosis de fuerza interior, energía,
vitalidad y sabiduría a Mourinho, esa persona es su inseparable esposa.
Si Mou
pudiera haber elegido habría cedido todo el protagonismo en los festejos de La
Cibeles a sus jugadores. A él incomodan las celebraciones. Se habría quedado en
su casa, sentado en el sofá con Matilde y sus dos hijos, siguiendo por
televisión lo que fue un acto multitudinario. Le animó su hijo, José Mourinho
júnior, un apasionado del fútbol que ya ha estado en otras celebraciones con el
Chelsea e Inter. Se subieron juntos al autobús, procurando no estorbar, y disfrutó
con los saltos de su hijo y los
jugadores. Pero evitó, en la medida que pudo, los focos.
No le gusta el fútbol
Todo por la familia. Así piensa Mourinho, que tiene como referente a Tami. Llevan más de 30 años juntos, se casaron en 1989 y la influencia que ejerce su esposa le hace ser una persona con una capacidad de superación diaria. Eso es lo que transmite a los jugadores.
Son un matrimonio católico, casero, difícilmente se les puede ver en un restaurante o por las calles de Madrid. Necesitan la tranquilidad y les gusta la discreción. Todo ello choca con la imagen que muestra Mourinho en los campos de fútbol y las ruedas de prensa.
El entrenador del Real Madrid es otra persona cuando entra por
la puerta de su domicilio. Allí se refugia en su esposa, a la que escucha y le
pide todo tipo de consejos. Es su guía, su pilar para rectificar si duda, si
considera que está equivocado o tiene que tomar decisiones importantes que
afectan a lo extra futbolístico. Matilde le da esa paz que necesita.
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