Arrancaron los clásicos rivales de la Villa del Cerro con
dibujos tácticos similares, pero duraron menos de un cuarto de hora. Cuando el
reloj marcaba 11 minutos, el árbitro Líber Prudente sacó la tarjeta amarilla
por cuarta vez de su bolsillo, y se la mostró por segunda oportunidad al
lateral albiceleste Washington Camacho.
Esa jugada, donde la sanción fue exagerada por tratarse de
una falta normal en el mediocampo, condicionó el resto del encuentro. Antes, el
marcador de punta había sido amonestado por una protesta, y la inferioridad
numérica obligó a su entrenador Hugo Parga a desplazar a Andrés Ravecca del
sector derecho de la zona de volantes al zurdo de la defensa.
Cerro, que había salido con más iniciativa y ambición, tuvo
que replegarse algo y pasó del 4-2-3-1 inicial a un marcado 4-4-1, buscando con
Gustavo Varela y Mauricio Alonso el desdoble por los costados.
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