Las alternativas del Real Madrid se comieron a
un Apoel que solo supo desmelenarse en la segunda mitad y que sucumbió a un
Madrid que sacó el juego de los jugadores menos habituales. Cristiano volvió a
brillar y ya pone en su punto de mira la ciudad de Múnich, sede de la final de
Champions (5-2).
Siguen sin existir los trámites para el Real Madrid. Los
hombres de Jose Mouriho lo demostraron en Copa ante la Ponferradina, cuando
jugaron la vuelta ante la Ponferradina con el resultado a su favor, y lo han
vuelto a demostrar ante el Apoel en Champions. Los suplentes blancos se unieron
a los 'jugones' para tomar el mando y solventar el irrelevante partido con
altas dosis de fútbol.
Enfrente tenían a un Apoel que no llegaba al Santiago
Bernabéu con la intención de remontar. El conjunto chipriota asumió desde el
primer minuto su papel de cenicienta y mostró sus miedos y carencias ante un
Madrid con hambre de gloria europea. En un estadio blanco que solo supo lo que
era el silencio con el homenaje a Zárraga, recientemente fallecido, antes del
comienzo del encuentro, Cristiano volvió a buscar el gol con ansiedad y acabó
encontrándolo por inercia.
El portugués fue el que tuvo toda la ambición desde el
comienzo, llegando a pedir un penalti que se había hecho, en todo caso, a sí
mismo en el primer minuto de partido. El Apoel se encerró atrás sin complejo
alguno, pues bastante mérito tiene jugar en un templo como el Bernabéu en unos
cuartos de final, y quedó a expensas de un Madrid que se vio beneficiado por un
césped mojado que facilitaba el juego de Esteban Granero o Nuri Sahin,
titulares y con ganas de más.
Los 'jugones' mandan
Tras varias aproximaciones protagonizadas por Cristiano en
banda izquierda, donde se ha acostumbrado a romper para sacar centros de
ensueño, el Apoel tuvo la primera y única ocasión antes del descanso.
Ver MÁS
No hay comentarios:
Publicar un comentario